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Obligados a adelantar el dinero de las ayudas municipales a la euskaldunización

El Ayuntamiento de Bilbao comunica con 15 días de antelación a los beneficiarios que tienen que pagar entre 400 y 900 euros

 

Unai lleva tres años matriculado en un euskaltegi. Es padre de un alumno de un colegio público bilbaíno y se beneficia de una ayuda municipal para el fomento del uso del euskera en casa. Hasta ahora, el Ayuntamiento de Bilbao pagaba directamente a los centros educativos el importe de los cursos subvencionados, pero hace un mes anunció un cambio en el reglamento que obliga a las familias a adelantar el dinero. Quince días antes de que comenzaran las clases, Unai se enteró de que tenía que hacer frente a un desembolso de entre 400 y 900 euros. «Es una vergüenza el uso gratuito de la crisis para justificar una decisión que deja sin posibilidades de euskaldunizarse precisamente a los más desfavorecidos», se queja.
Unai realizó todos los trámites necesarios antes del verano y el pasado 10 de julio el propio Área de Euskera le confirmó que estaba admitido y que podía continuar beneficiándose del programa municipal ‘Euskera, también en casa’. A primeros de septiembre realizó la matrícula en el mismo euskaltegi de siempre y le comentaron que había que seguir los mismos pasos y que solo era necesario mostrar su interés en matricularse, ya que desde el centro gestionarían el cobro con el Ayuntamiento. Ni una palabra de que fuera a producirse un cambio en la forma en la que se perciben las ayudas.
Sin embargo, el 12 de septiembre Unai y otros muchos padres de escolares bilbaínos beneficiarios de la subvención municipal recibieron un correo electrónico de la subdirección de Euskera en el que se les informaba del nuevo procedimiento para cobrarlas. Debían abonar previamente el importe de las clases y presentar una solicitud en la convocatoria general de subvenciones del Ayuntamiento para el ejercicio 2013, con condiciones similares a las exigidas hasta ahora. Una vez finalizado el curso, se repartirá la suma total destinada al programa entre todos los solicitantes que hayan cumplido los requisitos de aprovechamiento y asistencia.
Ajuste presupuestario
Según fuentes municipales, el cambio de criterio en el cobro de las ayudas responde a un ajuste presupuestario motivado por una caída en las previsiones de recaudación. «Desgraciadamente la situación en junio no es la misma que en septiembre», contestaron a Unai desde el Área de Euskera. A partir de ahora, el programa de ayudas pasa a tener un presupuesto fijo, aún por confirmar, por lo que a día de hoy los usuarios siguen sin saber si la subvención será total o parcial, ya que dependerá del número de solicitudes recibidas. Tampoco se ha concretado el plazo para solicitarla.

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De nuevo son noticia los recortes. Esta vez le toca al apoyo educativo. Mientras nos disponemos a ayudar a los banqueros con el dinero publico, a los pobres les quitamos todo tipo de ayudas:

 

Azkuna deja sin clases de apoyo a 500 alumnos entre protestas

La palabra recorte es la más pronunciada y no escapa a ningún ámbito institucional. Lo saben muy bien los más de 600 menores bilbainos y sus familias que a lo largo de trece años se han beneficiado de las clases de apoyo que ofrecían educadores en unos talleres municipales. El equipo de Iñaki Azkuna ha recortado la partida económica en un 83% y 500 afectados han iniciado una campaña de movilización, con una concentración mañana ante el ayuntamiento.

Agustín GOIKOETXEA | BILBO

Gugaz Aurrera fue una iniciatiba impulsada hace ya más de una década por el Consistorio bilbaino para cubrir el vacío que existía en cuanto a clases de apoyo a menores con necesidades especiales y sus familias. Con la llegada de los recortes presupuestarios, el equipo de Iñaki Azkuna no ha dudado en reducir en un 83% la partida económica, que se traduce en que medio millar de chavales del último ciclo de Primaria y Secundaria dejen de beneficiarse de los talleres municipales. Se salvan quienes residen en los barrios de Otxarkoaga y Bilbao la Vieja-San Francisco-Zabala.

De 600 alumnos y nueve centros hasta junio, se pasará en setiembre a un centenar menores y dos centros. Los afectados, según denuncian, son medio millar de menores «que hace trece años importaban y ahora no. 500 menores con dificultades en diversas áreas de la vida a los que se les niega una ayuda a la que creían tener derecho».

«Cuando las tasas de paro aumentan, la situación social de colectivos desfavorecidos empeora y las necesidades de apoyo se incrementan, ¿es coherente reducir esfuerzos y recursos en un pilar tan básico de la sociedad democrática?», se preguntan los educadores sociales. En las últimas semanas han ido recogiendo firmas y dando a conocer la situación y mañana, a las 18.30, se plantarán en las escalinatas del ayuntamiento para denunciar la situación.

Quienes han trabajado con esos menores inciden en que el alcance de la intervención no se reduce al ámbito educativo; es decir, a ayudar a erradicar el fracaso escolar, así como la adquisición de hábitos y técnicas de estudio. También -explican- a poner en marcha toda una serie de dispositivos de detección de necesidades, coordinación interdisciplinar e intervención familiar. Se trabaja por tanto con los chavales y sus familias.

Precedente de Jolastu Parkean

Antes que Gugaz Aurrera, la tijera de Azkuna, según explican desde el grupo municipal de Bildu, trajo consigo el año pasado la supresión del programa Jolastu Parkean, que costaba unos 40.000 euros, pero que tenía mucha aceptación entre txikis y progenitores.

Sus usuarios eran cerca de 25.000 niños y niñas de 3 a 12 años, que tenían la ocasión durante la primera quincena de julio de jugar al aire libre en euskara en los parques de Doña Casilda, Eskurtze, Zorrotza y El Arenal. En el pasado pleno, la corporativa Aitziber Ibaibarriaga resaltó que un Ayuntamiento como el de la capital vizcaina, «que maneja un presupuesto de 500 millones de euros, bien puede destinar 40.000 euros para un programa de ocio infantil. Es cuestión de voluntad política y de prioridades».

Un grupo de educadores sociales que trabaja en el ámbito de menores y familias, agrupados en Aldarrikatu, emprendieron una campaña de recogida de firmas. «Sabemos que no es el mejor momento, pero dejar de invertir en educación, prevención, habilidades sociales, resolución de conflictos… tendrá a corto plazo unas graves consecuencias en los menores y su entorno».

En Otxarkoaga, por otro lado, tampoco olvidan que, al inicio del pasado curso, el Consistorio acabó con las clases de euskara que se impartían a los vecinos que lo deseaban, en una iniciativa impulsada por la Asociación de Familias.

GARA

2012/06/11