istripu nuklear frantzian / accidente nuclear en francia

EGUZKI  ANTE EL ACCIDENTE EN UNA CENTRAL NUCLEAR FRANCESA

 

Nota de Prensa del Grupo ecologista Eguzki

 

La explosión, en Francia, en uno de los 59 reactores nucleares franceses,  ha causado un muerto y cuatro heridos, ha ocurrido en un horno de fusión de metales de baja y muy baja intensidad del Centro de Tratamiento y Acondicionamiento de Residuos de Baja Actividad en las proximidades de la central nuclear de Marcoule, en Gard.

Dado que la energía nuclear no ha sido capaz de dar solución a la gestión de los peligrosos residuos que genera, no hay argumento democrático, ni de seguridad o salud que ampare su uso. Si se puede recurrir a otros modos de energía —representa un 3% del consumo energético de la humanidad y un 33% en Europa—, ¿para qué asumir riesgos?

 

 Eguzki quiere mostrar su denuncia de la “infalibilidad” de las nucleares como lo demuestra la historia: con Three Mile Island; la obsoleta tecnología soviética en Chernobyl; la catástrofe natural y posterior fallo de los refrigeradores en Fukushima-Daiichi y hoy Marcoule.

 

Para Eguzki, es inconcebible que mantengamos una energía, la nuclear, perjudicial para las personas y la naturaleza, así como exigimos la aplicación del principio de precaución, sin permitir su funcionamiento en tanto en cuanto muestra evidencias de fallos, fugas y riesgos constantes, como consta en estos ejemplos

 

Desde Eguzki creemos que no necesitamos de centrales nucleares para satisfacer nuestras necesidades, y estamos convencidos de que la energía nuclear es un grave peligro para la población.

 

Estos denominados “accidentes” son fruto de la mano del ser humano, consecuencia de un modelo energético nada seguro, costoso, impredecible y cuyos efectos y residuos los asumimos todos y todas. Un modelo que demuestra que no somos capaces de garantizar su inocuidad durante los miles de años de radioactividad, por mucha profundidad de los océanos en los que se deposita. Respecto a la energía nuclear, debe primar la prevención ante dicha producción con riesgos muy graves para miles o millones de personas. Estos días se han demostrado que no pueden ejercerse las funciones de control, vigilancia y fiscalización del estado sobre plantas como Garoña, incluso tras medidas y anuncios de tranquilidad a la población. Para Eguzki, no hay criterios económicos, ecológicos ni democráticos que avalen el funcionamiento la energía nuclear, por lo que exigimos el cierre inmediato de  todas las plantas nucleares y en especial Garoña, respetando la voluntad popular, en una apuesta por otro modelo de economía sostenible, de energía segura y saludable frente a la política nuclear.

 

 A su vez desde Eguzki consideramos necesario recordar que el debate energético no se centra en que proporción del mix energético debe ocupar la energía nuclear sino que se debe basar en el ahorro energético, la eficiencia y la producción de energía por medio alternativos.  No es menos contaminante que otras fuentes de energía.

Las centrales nucleares pueden fallar y, si lo hacen, se convierten en una bomba de relojería que el ser humano es incapaz de controlar. Basta con ver el largo historial de accidentes en la industria civil y militar. Pero no hacen falta para que sea un riesgo para la humanidad: con su funcionamiento normal las centrales pierden radiactividad, que se difunde en el medio y recorre kilómetros de distancia.

 

Esta situación pone sobre la mesa el debate sobre la energía nuclear, al carecer de credibilidad las afirmaciones de que las centrales nucleares cuentan con tecnología y sistemas de seguridad que las hacen infalibles y de la remota posibilidad de que ocurran accidentes de este tipo. No es la primera situación por la que se ven comprometidas las centrales nucleares, y no podemos esperar a ver cuando y dónde sucede otro accidente nuclear, sino que tenemos que ser parte activa y exigente en el cambio de modelo energético.

 

 Por lo tanto, exigimos a todas las administraciones competentes que atienda a la demanda netamente mayoritaria de la sociedad vasca, cierre Garoña de forma inmediata, y planteen un programa de cierre de las centrales nucleares para acabar con esta energía peligrosa en el Estado.

 

 

NUKLEARRIK EZ!! GAROÑA ITXI ORAIN !!!

EGUZKI Talde Ekologista

Gasteiz, 12 de septiembre del 2011ko irailaren 12an

fukushima berriz / nuevamente fukushima

Dahr JAMAIL | Rebelión

Fukushima: la situación es mucho peor de la QUE se puede llegar a imaginar

Son muchos los que piensan que no se ha contado todo sobre la catástrofe de Fukushima, de la que ayer se cumplieron cuatro meses. Hay quien apunta que la radiactividad ha traspasado fronteras y ha llegado hasta EEUU, aunque allí no haya saltado la alarmas sobre la exposición a la radiación.

 

Fukushima es la peor catástrofe industrial de la historia de la humanidad», indicó a Al-Jazeera Arnold Gundersen ex vicepresidente de la industria nuclear en EEUU. El terremoto de 9 grados de Japón del 11 de marzo causó un inmenso tsunami que inhabilitó los sistemas de enfriamiento de la planta nuclear de Tokyo Electric Power Company (TEPCO) en Fukushima, Japón. También causó explosiones de hidrógeno y fusiones de reactores que obligaron a evacuar a los residentes en un radio de 20 kilómetros de la planta.

Gundersen, operador licenciado de reactores con 39 años de experiencia en el diseño de plantas nucleares, afirmó que la central de Fukushima tiene probablemente más núcleos de reactores expuestos de los que se cree, cuyo potencial radioactivo a liberar en el entorno es veinte veces mayor que el de Chernobil. Un asesor de residuos nucleares del Gobierno japonés informó de que es probable que cerca de 966 kilómetros cuadrados alrededor de la planta -aproximadamente diecisiete veces el tamaño de Manhattan- sean ahora inhabitables.

«Estamos encontrando lugares peligrosos más lejos que en el caso de Chernobil, y la cantidad de radiación en muchos de ellos era la que llevó a que algunas áreas se declarasen tierra de nadie allí, a 60 y 70 kilómetros del reactor. No se puede limpiar todo eso. Todavía hay jabalíes radioactivos en Alemania, 30 años después de Chernóbil», afirmó Gundersen.

En EEUU, la doctora Janette Sherman y el epidemiólogo Joseph Mangano publicaron un ensayo que constataba un aumento del 35% en la mortalidad infantil en ciudades del noroeste del país después de la fusión nuclear en Fukushima, y podría ser el resultado de la lluvia radioactiva procedente de la planta accidentada. Las ocho ciudades incluidas en el informe son San José, Berkeley, San Francisco, Sacramento, Santa Cruz, Portland, Seattle y Boise, y el período al que se refiere el informe abarca las diez semanas inmediata- mente posteriores al desastre.

«Existe -y debe haber- preocupación sobre la exposición de la gente joven, y el Gobierno japonés va a entregar monitores de radiación a los niños», señaló al doctor MV Ramana, físico del Programa sobre Ciencia y Seguridad Global en la Universidad de Princeton. Explicó que cree que la amenaza primordial de radiación sigue existiendo, sobre todo para los residentes que viven en un radio de 50 kilómetros alrededor de la planta, pero advirtió: «Va a haber áreas fuera de la zona de evacuación obligatoria de 20 kilómetros establecida por el Gobierno japonés en las que la radiación será mayor».

Gundersen aseguró que se liberó mucha más radiación de la que se ha declarado. «Volvieron a calcular la cantidad de radiación liberada, pero las noticias no hablan realmente del tema», afirmó. «Los nuevos cálculos muestran que en la primera semana se liberaron 2,3 veces la radiación que pensaron que se había liberado en los primeros 80 días».

Según este experto, los reactores y núcleos de combustible expuestos siguen liberando micrones de isótopos de cesio, estroncio y plutonio; los llaman hot particles -partículas peligrosas-. «Estamos descubriendo partículas peligrosas por doquier en Japón, incluso en Tokio -sostuvo-. Los científicos las encuentran por todas partes. Durante los últimos meses esas partículas peligrosas han seguido cayendo y se están depositando en altas concentraciones. Mucha gente las recolecta en los filtros de aire de los motores de los coches». Por eso, los filtros de aire radioactivos de coches en la prefectura Fukushima y Tokio son ahora comunes, y Gundersen señaló que también se encontraron filtros de aire radioactivos en Seattle.

Lo peor es que las partículas peligrosas pueden terminar provocando cáncer. «Se fijan en los pulmones o en el tracto gastrointestinal y son un irritante constante», explicó. «La gente de Fukushima ha aspirado esas partículas en grandes cantidades, pero también hay gente en la Costa Oeste superior de EEUU que está siendo afectada».

¿Culpar a EEUU?

Como reacción a la catástrofe de Fukushima, Alemania va a eliminar progresivamente todos sus reactores nucleares durante la próxima década. En un referendo, un 95% de los italianos votó a favor de bloquear el regreso a la energía nuclear en el país. Un reciente sondeo de la prensa en Japón muestra que cerca de tres cuartas partes de los encuestados está a favor de una eliminación progresiva de la energía nuclear en su país. ¿Por qué no suenan las alarmas sobre la exposición a la radiación en EEUU?

El operador nuclear Exelon Corporation fue uno de los mayores donantes en la campaña electoral de Barack Obama y es uno de los mayores empleadores en Illinois, donde Obama fue senador.

El doctor Shoji Sawada es un físico teórico de partículas; le preocupan los modelos de plantas nucleares en su país, y el hecho de que la mayoría de ellas fueron diseñadas por compañías estadounidenses a las que no les interesaban los efectos de terremotos.

El uso de energía nuclear para producir electricidad en Japón es producto de la política nuclear de EEUU, según Sawada. «La mayoría de los científicos japoneses en aquella época, mediados de los 50, consideraba que la tecnología de la energía nuclear estaba en desarrollo, y que era demasiado temprano para darle un uso práctico». «El Consejo de Científicos de Japón recomendó al Gobierno no utilizar todavía esa tecnología, pero éste aceptó el uso de uranio enriquecido para alimentar centrales atómicas, sometiéndose a la política del Ejecutivo de EEUU», mantuvo.

Cuando tenía 13 años, el doctor Sawada vivió el ataque nuclear de EEUU contra Japón desde su casa, a 1.400 metros del epicentro del impacto de la bomba de Hiroshima.

«El accidente de Fukushima ha llevado al pueblo japonés a abandonar el mito de que las plantas de energía nuclear son seguras», aseguró. «Ahora la opinión del pueblo ha cambiado rápidamente».

Como científico y superviviente del bombardeo de Hiroshima, Sawada considera «inmoral» emplear esta energía mientras no se sepa cómo eliminar con seguridad los materiales radioactivos generados.

Pero se necesitará mucho tiempo para que el combustible se enfríe y para que se detengan las emisiones radiactivas, por eso la solución a esta crisis está lejana y Gundersen calcula que se necesitarán por lo menos diez años.

GAROÑA

Luis Bilbao Larrondo

Historiador

foto afopres

foto afopres

Testamento de un muerto por Garoña

Quiero advertir a aquellos que piensan «a mí no me va a suceder nada», para exhortarles cuán equivocados están, pues da igual si vives en Neguri que si lo haces en Otxandio, la radioactividad es muy demócrata porque no tiene miramientos ni hace distinciones de clases sociales. Mata a todos por igual

Si estáis leyendo estas líneas quiere decir que como consecuencia del escape radioactivo de Garoña he muerto. Mi muerte no fue inmediata sino que un cáncer me carcomió por dentro hasta consumirme del todo, después de estar expuesto a una nube radioactiva. Al igual que yo miles y miles de vizcaino -sin desmerecer a los miles de muertos de Gipuzkoa y Araba- han sufrido el mismo destino».

Algunos me pueden tachar de alarmista, pero ¿y si así sucediera? Teniendo en cuenta la vejez de esa central nuclear, los continuos parones que se producen -por cierto, cada vez con mayor frecuencia-, no hacen sino presagiar lo peor.

Nos dirán una y otra vez desde nuestras instituciones, tanto públicas como privadas, que las medidas de seguridad son óptimas, que si queremos no sólo mantener el nivel de consumismo sino aumentarlo debemos fomentar el uso de la energía nuclear, etcétera.

Pero ¿no estábamos a favor de las energías renovables? ¿O eran tan solo palabras lanzadas al viento? ¿No íbamos a cambiar de mentalidad para erradicar el consumo por el consumo? Las medidas de seguridad pueden ser efectivas, hasta que dejan de serlo, pero ¿quién asumirá, de suceder lo peor, la responsabilidad por los miles de muertos, y los miles de enfermos por efecto de la radioactividad? ¿Quién tendrá el valor de ir a ver a sus familias y decirles «no, verá, es que ha habido un fallo técnico, a pesar que desde hace tiempo venían avisándonos que algo así podía suceder, aun así hicimos caso omiso, ya sabe, por los beneficios económicos de unos pocos»? No soy Rappel pero la respuesta es bien sencilla: nadie. Porque es en ese instante cuando aparece la verdadera esencia del político español, la cobardía para asumir las consecuencias de sus actos.

También quiero advertir a aquellos que piensan «a mí no me va a suceder nada», para exhortarles cuán equivocados están, pues da igual si vives en Neguri que si lo haces en Otxandio, la radioactividad es muy demócrata porque no tiene miramientos ni hace distinciones de clases sociales. Mata a todos por igual.

Eso si, quiero plantear que en mi testamento instaría a mis familiares (a los que sobrevivan) a que den a conocer a los culpables de mi muerte, porque tienen nombres y apellidos. Para que los denuncien tanto en el Parlamento Europeo (ya que denunciarlo en las instituciones estatales, no sé que me da, que resultaría un tanto baldío -tal vez mi escasa fe en la justicia española se deba a que sospecho vive supeditada a los intereses políticos-), así como en todo juzgado pertinente: desde el Gobierno de Madrid (dirigentes del PSOE), la oposición (al PP, que curiosamente apoya al Gobierno en este caso), a las autoridades locales -tanto al Gobierno Vasco, Diputación, ayuntamientos-, por no haber defendido a ultranza al ciudadano, que era lo que prometieron cuando aceptaron sus cargos. También a los que forman la mesa de decisión sobre Garoña de la CSN, y a los directivos y accionistas tanto de Endesa e Iberdrola como de los bancos que las sustentan. Quiero que se den a conocer nombres y apellidos de todos ellos, porque quiero saber quiénes son y quiero que se juzgue a los que han puesto precio a mi vida, a la de mi familia y a la de miles de personas.

Todavía recuerdo que nuestros dirigentes desde el Gobierno Vasco nos decían que ellos siempre han estado en contra de la central nuclear de Garoña y a favor de su cierre. ¡Qué fácil es hacer ese tipo de declaraciones cuando sabes de antemano que la última decisión se toma desde el Gobierno de Madrid! A eso en mi pueblo se le denomina engañar, reírse de la posible desgracia de los demás y ser un ilusionista, un mago en lanzar cortinas de humo. Yo no he pedido a nadie que juegue con mi vida pero ustedes, sin ni siquiera consultarlo, lo hacen.

Al final, como es costumbre, se plegarán nuestros dirigentes a los intereses de la iniciativa privada. Es decir, harán como en tantas otras ocasiones de mamporreros de Endesa e Iberdrola (entre otras multinacionales).

Curioso que en este caso coincidan todos los grandes partidos, unos de izquierdas y cuyo lema es el de ser progresistas, otros de la derecha más reaccionaria e incluso nacionalistas, ya que siempre han defendido al gran empresario a ultranza.

Al final, como vivimos en una sociedad con un cada vez menor poder de respuesta ante quienes nos pisotean día a día (más que bancos hoy son multinacionales), ante los bombardeos masivos de unos medios de comunicación al servicio de estas multinacionales, ante unos gobiernos plegados a las demandas de estas entidades -mientras se hacen de oro con nuestra desgracia, además consiguen beneficios extraordinarios a costa muchas veces del erario publico (recordemos su pasado de usureros)-. Entre tanto, las mayoría de las personas trata de sobrevivir a duras penas, viéndose obligadas a pagar cada vez mayores intereses e hipotecados de por vida, haciendo malabarismos para mantener a sus familias. En definitiva, estamos atrapados sin posibilidad de respuesta. Y ahora, nos venden esta ilusión: es imprescindible la energía nuclear si queremos mantener nuestra sociedad del consumo. ¿Pero cuánto vale para ustedes una vida humana?

 

GARA

2009/06/23