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CONSTRUIR CIUDAD DESDE LA IZQUIERDA

Urbanística y socialmente

 

 

               

                  En la sociedad capitalista, por muy moderna que sea, es sabido que quien tiene el poder económico decide qué modelo de ciudad se construye, (que edificios, en que lugares, para que usos, con que normas,…) en ello le van las grandes ganancias al sistema, sobre todo por la utilización de los recursos públicos como el suelo, presupuestos, las infraestructuras,… para ello cuentan con gobiernos educados en esas reglas de juego, sumisos a las directrices del Club. Dice Azkuna que “los empresarios crean riqueza” por ello deben de tener trato preferente, lo cierto es que debería decir que acumulan riqueza creada por otros/as.  A esto se le llama hacer política de derechas.         

                  Hasta ahora ha venido siendo así, el Club decide y las instituciones ejecutan los planes. Los cambios de modelo social, económico, cultural,… faltos de una autocritica seria de porque se liquidaron, o dieron vida a otros, desde la época del acero y la contaminación, pasando por la burbuja inmobiliaria y ahora el incierto modelo de la “Sociedad del Conocimiento” o la rentabilidad del Turismo, inspiran la regeneración constante del sistema que agota ciclos de ganancias y abre otros con los mismos propósitos. La cuestión está en que ahora vemos con más claridad a qué nos conducen estas crisis sistémicas. Cuando no hay posibilidades de abrir nuevas vías de “crecimiento” económico o desarrollismo, se acude a los recortes permanentes de los derechos sociales, económicos, libertades públicas de la ciudadanía, para poder seguir alimentando la acumulación de riqueza en los miembros del Club.

                  El Club de los que mandan en Bilbao son Iberdrola, El Corte Inglés, Kutxabank, la Universidad de Deusto, los grandes Hosteleros, los militares,… antes había algunos más pero decidieron trasladar los cuarteles generales de sus empresas a Madrid, trabajan aquí y cotizan allí.

 

          Que no nos digan que las subidas de la luz, el gas, el transporte, el IVA, el IRPF,… están compensando la pérdida de poder adquisitivo de la población. Mientras se ejecuta la congelación de pensiones y salarios, despidos libres, desempleo generalizado, desahucios, copago sanitario, desregulación laboral,… la Banca, responsable de la situación, recibe miles de millones de Euros en refinanciar sus erradas maniobras especulativas, inmobiliarias,… esto es un insulto a la inteligencia.

          ¿Estamos la izquierda en condiciones de presentar una alternativa coherente a esta situación? Durante los años de “bonanza económica”, cuando no nos atrevíamos a presentar batalla por el cambio social y económico, no estuvimos ausentes, hicimos un trabajo de acumulación de ideas, proyectos,… difíciles de escenificar en esta coyuntura, ya que cada sector social ha sufrido en silencio y se ha visto obligado a definir y elaborar sus planes de cambio. Ahora falta cohesionarlos y proyectarlos a la sociedad como alternativa de conjunto posible y necesária.

          ¿Por qué ahora?, en estos momentos se están confrontando los dos modelos de construcción de  la ciudad. Desde una perspectiva física, mediante la renovación del Plan General de Ordenación Urbana o a través del Proyecto “Corazones de Barrio” nos han obligado a escenificar barrio a barrio las carencias del pasado urbanístico. Y por otro lado, desde una perspectiva más social, se hace necesario marcar líneas rojas donde los recortes o la pérdida de derechos no puedan continuar. Ambos son dos trenes que no paran, y en caso de no evitarlo, pasarán de estación hasta dentro de décadas haciendo irreversible la construcción de una ciudad pensada desde las necesidades de las personas.

Es posible la conjunción de esfuerzos de todos los sectores sociales para hacer de este proyecto alternativo un objetivo viable. Desde los Movimientos Sociales, cada cual con su idiosincrasia y hacer; desde los Sindicatos por la defensa real de los derechos laborales y sociales; desde los Cargos Públicos de Izquierdas haciendo posible modificaciones legislativas favorables a estos cambios; desde los Partidos que se reclaman de izquierda hacer un esfuerzo para incluir en sus programas de trabajo diario contenidos sociales o promover la movilización de la ciudadanía en apoyo a estas reivindicaciones. Aquí no sobra nadie, cualquier esfuerzo es bien venido.

          No cabe duda de que necesitamos tomar decisiones importantes. Los mayores anclajes que tenemos son los vínculos que nos atan a un sistema tan corrupto como el modelo económico del BBVA o el Santander y al sistema centralista de estado Monárquico. La carencia de poder de decisión en cuestiones como las grandes infraestructuras, el sistema de Seguridad Social, la gestión de nuestros recursos propios (suelo, pesca, agricultura) o la gestión de un sistema impositivo propio adecuado al territorio, la recentralización de competencias transferidas como la Sanidad o la Educación,… hay que romper amarras en clave de País antes de que nos arrastren a la sima de la edad media.

          Hasta aquí la teoría general, que también está bien. Ahora toca proponer desde lo concreto.

          En materia de vivienda se deben hacer cambios de naturaleza importante para garantizar este derecho.  Por vía legislativa se deben de regular las rentas de alquiler, poniendo topes a la usura de los propietarios de viviendas vacías, haciendo posible la opción del alquiler como otro modo de tenencia de vivienda, cortar de raíz los desahucios de la vivienda habitual, crear un parque de vivienda social de alquiler, potenciar la  rehabilitación de la vivienda antigua…

          Desde la reactivación económica, se deben proponer medidas legislativas limitativas a las rentas de los locales de alquiler para nuevas actividades, para el comercio, los despachos profesionales, talleres de actividades compatibles con los espacios residenciales,… reactivación de actividades agrícolas locales con nuevos suelos, protección de sistema marítimo, recuperación de los ríos,…

          Es imprescindible plantear el espacio urbano, para residir, relacionarse socialmente, realizar actividad económica, educativa, sanitaria, deportiva, de ocio, con calidad del aire y zonas verdes,…

          Se deben gestionar nuestros residuos para potenciar el máximo aprovechamiento de las materias primas, que potencie el reciclaje, la reutilización,…

          Es necesario un transporte público de calidad, que esté dimensionado a las necesidades, que no se haga la competencia entre instituciones, para lo cual se necesita una Autoridad Única que los regule y un sistema de Billete Único que haga atractivo su uso.

          Podíamos seguir señalando temáticas relacionadas con el modelo de convivencia, de pluralidad e interculturalidad,… y un largo etcétera.

Para quien suscribe, la clave está en cómo dotar de participación a la ciudadanía, de derecho a decidir respecto a su propio entorno. Esto requiere muchísima voluntad política para dotar de capacidad de decisión los marcos planteados para ejercer la participación ciudadana, pero también implicación personal y colectiva de todas aquellas personas que pensamos que otro modelo de ciudad es posible y necesaria.

          Alguien dirá que pedimos mucho y no hay dinero.  Dinero hay pero mal redistribuido. La clave está en medir cada necesidad, calcular sus costes económicos, medioambientales, sociales, culturales,… y decidir con responsabilidad colectiva.

          Para esta tarea merece la pena la dedicación de recursos humanos, intelectuales, materiales de todas las personas que estén dispuestas a utilizar una parte de su tiempo libre de forma ociosa, y desinteresada

 

Bilbao enero de 2013

 

 

 

Carlos Ruiz

Vicepresidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbao

Posdata: Reclamarse de izquierdas o derechas es una cuestión de criterios éticos, la izquierda da prioridad a las personas, la derecha a los beneficios empresariales.

 

               

la esperanza en Bilbao

 La esperanza en Bilbao

 

Al igual que el poeta Vicente Aleixandre sostenía en uno de sus versos sobre su metrópoli natal “Un soplo de eternidad pudo destruirte ciudad prodigiosa…” este puede llegar a ser sostenido como un principio premonitorio dado que al Bilbao del futuro, no sabemos si urbanísticamente le acontecerá un análogo destino. A riesgo de poder parecer un agorero, simplemente les invito a que reflexionen en torno a unas cuantas cuestiones, porque considero que no hay nada más fructífero para el intelecto humano que suscitar la duda o “skepsis”, aquella, que según el filósofo José Ortega y Gasset, es la condición del conocimiento científico. 

 

Es algo curioso, porque en los años 70, ya hubo quienes, como el arquitecto municipal Ramón Losada, basado en su experiencia y que expresó en su tesis doctoral sobre el urbanismo de Bilbao de aquellos años, llegó a sostener una idea que hoy esta de plena actualidad, dado que planteó si no sería más lógico que durante las siguientes décadas Bilbao dejara de extenderse, y que se les permitiera a otros núcleos urbanos ya consolidados la posibilidad de crecer. Detrás de esta decisión no se trataba sino de darles a los bilbaínos una ciudad con calidad y dejar de lado aquellos perniciosos anhelos económicos sobre la urbe, basados en la estupidez y en la soberbia de muchos políticos de avalar el crecimiento por el crecimiento que había llevado durante el Desarrollismo a Bilbao a ser tachada de ciudad caótica. Baste recordar la situación del casco histórico, que estuvo en peligro de desaparecer, la anárquica situación de los barrios periféricos, pero también las optimistas posibilidades que se originaron ante las propuestas de la exposición, en la Feria de Muestras, sobre Roma Interrotta, cuando se sostuvo por algunos de los arquitectos más brillantes del momento, que había que recuperar el casco histórico y que la ciudad dejara de crecer a través de las ciudades satélites, de los polígonos y de los rascacielos, que habían supuesto un auténtico desastre urbanístico, sobre todo, por la extraordinaria especulación suscitada.

 

Hoy, año 2012, aquellas ideas, al parecer, cayeron en saco roto. Porque una de las muchas incertidumbres que surgen en estos momentos, es, ¿qué les espera en los próximos años a los bilbaínos?: con ejemplos como el del proyecto de Zorrozaurre, con la anunciada construcción de miles de viviendas (unas 5.473 viviendas), empresas, parques tecnológicos y demás negocios (sobre unos 201.360 m2), con una población que se incrementará como mínimo entre 15.000 a 25.000 personas, solo en esa zona, todo ello da que pensar. Tengamos en cuenta, que quienes accedan a esas viviendas, tendrán un coche o dos por familia, y que las empresas allí ubicadas suscitarán un mayor movimiento de vehículos industriales o de transporte de mercancías… ¿con qué tipo de propuestas contarán si hoy día ya hay graves problemas de movilidad en Bilbao y no digamos en esa zona? la duda inmediata que surge es ¿qué pasará entonces?, ¿acaso la solución será la de complicar más la vida a los ciudadanos de a pie, al suscitar una mayor contaminación ambiental, aglomeración y densidad?.

 

A esta gran obra hay que añadir las nuevas viviendas de Garellano y las de Olaveaga (unas 2.000 viviendas). Más gente, significa inevitablemente más problemas. Vuelven los viejos proyectos como el canal de Deusto, los aparcamientos en las afueras de la trama urbana para, supuestamente, impulsar el transporte público, más rascacielos…, pero, ¿es esta la solución, volver a arcaicas y fallidas formulas propias de la edad provecta, cuando las ideas sobre la ciudad del futuro van por otro lado? Tal vez se deba a que la memoria en el ser humano es demasiado frágil. Porque al parecer vuelven las ideas sustentadas para conformar aquella ciudad que supuso un autentico disparate del que se ha levantado Bilbao no hace mucho tiempo. Pero a pesar de ello hay quienes se empeñan en volver a una mayor opulencia, en sostener un mayor número de elementos dentro del tejido urbano, que no va a suponer sino caer en los gravísimos problemas de antaño. ¿No se darán cuenta que cuanto más se construye y se extiende el botxo -limitado como lo está-, es pan para hoy y hambre para mañana? El problema, simplemente se lo están trasladando a los bilbaínos del futuro. Conflicto que es extensible a la mayoría de ciudades del mundo bajo este tipo de sociedades y sistemas. No sería más lógico proporcionarles a los ciudadanos, menos cemento estéril e hirsuto y más calidad de vida.

 

Hace años ya sustenté en un artículo la idea sobre la extraordinaria oportunidad perdida en Abandoibarra, junto al Guggenheim, la biblioteca de Deusto y el palacio Euskalduna. Los que respaldaron la política sobre Abandoibarra, sostendrán que era absolutamente necesario recalificar aquel suelo, vender lo que era público a la iniciativa privada, y obtener cuantiosos beneficios para poder llevar a cabo la rehabilitación de lo que antes había sido una zona extremadamente degradada. No hubiera sido una propuesta más inexhausta, que si tuvieron la temeridad de que se invirtieran más de 40.000 millones en el Guggenheim, en una apuesta de futuro en la que casi nadie creía, sin saber si tendría o no éxito, ¿por qué no plantear con muchísima menos inversión económica algo mucho más potente culturalmente que además hubiese sido un éxito seguro? Fue la gran oportunidad perdida de haber construido sobre ese suelo el gran centro de las Artes Escénicas (proyecto trascendental para Bilbao pero defenestrado políticamente, porque ninguno apostó ni peleó por ello), que hubiera servido para lanzar no solo a los artistas vascos sino a Bilbao como la gran ciudad de la cultura a nivel mundial. Llegué incluso a sostener traer la facultad de Bellas Artes de Leioa a un edificio colindante, de esta forma se unirían todas las artes, erigiendo una especie de Bauhaus en Abandoibarra y que como proyecto de futuro hubiese sido muy rentable, tanto cultural como económicamente.

 

En vez de eso, se ha dado prioridad a otro modo de entender la ciudad, -las enabling settlement strategies-, que siguen vigentes. Por otra parte, todo el mundo emplea hoy usualmente un termino del todo desacertado al referirse a Bilbao como ciudad cultural –ahora comprendo al urbanista Michael Sorkin cuando sostenía que la cultura se esta Disney-ficando-, pero mi duda es, ¿porque se le califica así, si hay más oficinas, viviendas de lujo …que edificios que tengan que ver con la cultura?. Es más, ni tan siquiera cumple con la premisa de un concepto más trivial de cultura, tal y como la definía el filósofo e historiador Werner Wilhelm Jaeger, como la totalidad de todas las manifestaciones y formas de vida que caracterizan a un pueblo. Contrariamente a esto se suscitó otro tipo de cultura, como ha sido la de la especulación sobre lo que fue un terreno público, llegando a hacer de ese suelo el m2 más caro del Estado, con edificios exclusivos, privatizando ese suelo que una vez fue patrimonio de los ciudadanos. Hoy, en cambio, es propiedad de unos pocos.

 

Parece ser que fueron premonitorias para Bilbao las palabras de Francois Mitterrand a principios de los años 80 “une civilisation est évalué par le réussir de s´architecture” pero al igual que Paris se intentaba contextualizar mundialmente, -gracias a la arquitectura y a los grandes arquitectos-, aquí en Bilbao, para llevar a cabo el mismo anhelo, no todo han sido aciertos. Porque hoy Bilbao es igual a cualquier otra ciudad del mundo, como en su senectud lo fue con su estética fabril e industrial. Pero ante este nuevo Bilbao que surge, ¿cual es la esperanza?, tal vez, permítanme mi derecho al pesimismo, la que ya sostuvo en otro contexto el poeta Gabriel Aresti “…Bilbaon, esperanza oso mehar, ilun, eta laburra da”.

 

Luis Bilbao Larrondo (Doctor en Historia)

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África empieza en los Pirineos

 

 

Recuerdo que por motivos exclusivamente científicos, al consultar la prensa de Bilbao del año 1979, estos medios sostenían que tras el periodo franquista, el País Vasco se encontraba en todas sus facetas a niveles africanos y sustentaban que España era un país eminentemente tercermundista. Hoy estamos en el año 2012 y en avances sociales, a pesar de que nos dicen lo contrario, no hemos avanzado nada sino para empeorar. Cuando digo sociedad no estoy expresando nada que algunos(as) pretenden sustentar como si fuese un ente abstracto, sino que me estoy refiriendo a cada uno(a) de ustedes, que viven en Bilbao, que viven en cualquier localidad de Bizkaia, que viven en cualquier población dentro del territorio de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

 

Son estos años que estamos viviendo, de una tremenda decrepitud, porque comprobamos que muchos esfuerzos (igual no han sido tantos como creíamos ni han sido lo suficientes) han sido baldíos, y es que avanzado el siglo XXI, comprobamos, en nuestro día a día, que estamos ante una sociedad que sigue siendo ultra machista, en definitiva, una sociedad que fomenta el desprecio hacia la mujer, porque no le permite tomar el lugar que le corresponde en la sociedad. Un dato, si más del 60-70% de quienes acaban la universidad son mujeres y con notas más brillantes que los hombres, porque no se ve reflejado ese hecho en sus correspondientes puestos de trabajo? Pero también son noticia por una faceta deleznable y siniestra propia de una sociedad machista, porque, cuando es el día que no son portada de la prensa en que han sido objeto de ataques violentos por sus propias parejas (cada día son más los casos de lo que denominan violencia de género cuando no acaban siendo asesinadas), son violadas (llegan las fiestas y los casos de violaciones se incrementan extraordinariamente), golpeadas, menospreciadas en su trabajo, no se les reconoce sus méritos, cobran hasta un 30% menos que los hombres en el mismo puesto, ni llegan masivamente a puestos de dirección a pesar de sus sobresalientes curriculums…

 

Quiero recordar, como otro testimonio más, que solo se denuncian una mínima parte de las violaciones y de ataques físicos violentos, porque la mayoría, por miedo a su propia familia, parejas, entorno, al qué dirán y a que esta sociedad, a quien es violada y lo denuncia, luego la señalan por la calle, se hace burla, se le desprecia, o se la insulta, llamándola puta, o se da pábulo a quienes defienden la violación al sostener que la mujer con su forma de vestir se lo ha buscado. Estos son algunos de los valores que se fomentan, en esta despreciable sociedad en la que vivimos.

 

Esta mierda de sociedad nuestra, es una sociedad ultra xenófoba, solo hay que oír los comentarios a nivel de la calle, en donde la culpa de todo la tiene el (la) inmigrante pobre, de color, que huye de la miseria de su país, para su desgracia, llegar a un país de miserables, en donde se les(as) maltrata tanto. Se les(as) pone todo tipo de trabas no solo oficiales sino sociales, se les(as) excluye de sus derechos, surgen las fobias, se les(as) discrimina para poder acceder a locales públicos (en muchos de los bares de Bilbao de copas tienen prohibida la entrada) para acceder a la vida laboral, a la educación e incluso a la mal llamada sanidad universal y a los servicios sociales. Pero lo más vergonzoso es que este tipo de conductas están totalmente aceptadas por la mayoría de esta sociedad, una sociedad que fomenta el odio y la discriminación hacia el (la) que es diferente.

 

Esta es una sociedad ultra homófoba, en donde al que es homosexual, no solo se le(la) insulta, se le(a) desprecia, se le(a) excluye, sino que todavía se le(a) golpea, se apalea a la gente (como el año pasado en fiestas de Bilbao a dos parejas de gays por ir de la mano o darse un beso en la calle y a una lesbiana por el hecho de serlo, fueron brutalmente atacados(as) y la gente cuando sucede algo así mira hacia otro lado), hoy es el día en que aún se les(as) aparta y se les(as) trata como si tuvieran una enfermedad, cuando los(as) únicos(as) enfermos(as) mentales son los(as) homófobos(as), es decir, el 90% de esta sociedad, por decir algo, porque los datos de las instituciones oficiales sobre la homofobia están falseados, no son reales. A quien se le ocurre dar verosimilitud a las encuestas de la calle cuando la gente miente sobre su voto en las elecciones, no van a mentir cuando se les cuestiona  sobre su escasa catadura moral.

 

Es por ello que ante este panorama, -solo me he limitado a rozar la superficie porque si ahondaría más, la palabra miserables al referirme a la mayoría de los hombres y mujeres de esta sociedad se quedaría muy corta-, me niego a que haya quienes pretendan exportar como un modelo de ciudad a Bilbao o pongan a todo el País Vasco como ejemplo de no sé qué, porque parece ser que no entienden que una sociedad como la nuestra que tiene sus raíces totalmente putrefactas no puede sustentar nada ni puede ser exportada como ejemplo de nada.

 

Me hace gracia que una sociedad que su mayor valor de venta de cara al mundo en el caso de Bilbao (los ejemplos son múltiples y variados), sea el Guggenheim, cuando ni el 0,5% de los bilbaínos ni vascos han ido ni a ese ni al de Bellas Artes ni a otros museos (la mayor parte de los visitantes son extranjeros), y es que para ver una obra de arte, hay que tratar de comprender o de sentir, pero cuando la capacidad de comprensión o de sentir es como la de un tiburón, es decir no mayor que un güito de albérchigo, tal vez quiera decir algo sobre la mayoría de esta sociedad.

 

Eso si, por el contrario se fomenta el aúpa Athletic, la capacidad de, somos la ostia, pero somos la ostia en ser una sociedad de borregos, porque una sociedad que cierra los ojos a los gravísimos problemas reales que padecemos, con el futbol, es una sociedad de zoquetes.

 

Sí le darían como sociedad un premio o la valorarían por algo, sería por alcahuetes (en esto si que hay equidad, tanto en hombres como en mujeres), en eso si doy fe que somos la leche y me remito a un dato, según una opinión unánime, el programa más despreciable de la historia de la TV era “Aquí hay tomate”, es curioso que, según datos de audiencias del momento, se veía cinco veces más que en cualquier otra comunidad autónoma, eso también querrá decir algo sobre esta sociedad, y sus televidentes eran tanto hombres como mujeres, nacionalistas como no nacionalistas, de izquierdas y de derechas, en fin, una puta vergüenza.

 

Pero lo más terrible de todo esto, es que cumplimos con el dicho de padres/madres gatos(as), hijos(as) michinos(as), lo cual lo dice todo de esta sociedad, porque si los progenitores sostienen esos mismos valores de machismo, xenofobia, homofobia,…los hijos e hijas actuaran de igual forma o peor. La reflexión que lanzo, es, qué se puede hacer para combatir a esta gentuza y es terrible porque me estoy refiriendo a la mayoría de esta sociedad. Visto lo visto, desde la distancia, y si hablaríamos de otro país o de otra sociedad, no diríamos que se trata de personas cuando menos despreciables, a las que hay que hacer frente, porque no serán fascistas de ideología pero son fascistas en su actitud y en su día a día.

 

Y esto se parece mucho al famoso mito del eterno retorno, algo que no tiene fin pero que en este caso, sin embargo va a peor, sin remedio. No soy pesimista sino que evidencio una realidad que está ahí pero que se trata de ocultar por los propios mencionados(as) no vayan a catalogarles(as) de algo que ven que son pero no les gusta que les digan lo que son (machistas, xenófobos(as), homófobos(as)…) ni que les(as) señalen como tales. Tal vez haya llegado el momento de hacerlo.

 

 

Luis Bilbao Larrondo (Historiador)