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Bilbao pone en manos de los ciudadanos la segunda transformación de la ciudad

El Consejo Cívico otorga ahora a los vecinos el protagonismo que antes tuvieron las infraestructuras

El Consejo Cívico está formado por un amplio abanico de diferentes profesionales.

El Consejo Cívico está formado por un amplio abanico de diferentes profesionales. (Zigor Alkorta)

BILBAO. La primera gran transformación de la capital vizcaina se basó en las infraestructuras. El metro, el Museo Guggenheim, Euskalduna o Abandoibarra supusieron un hito en la evolución de la villa. Ahora, el Consejo Cívico de la villa, formado por un centenar de ilustres, ha reflexionado sobre la futuro de la ciudad y coincide en que el ciudadano debe ser el motor de la segunda transformación de Bilbao. El Ayuntamiento tiene que dejar de tener un papel monopolizador y dejar espacio a las iniciativas de la sociedad civil. Son las principales conclusiones de los sabios de la ciudad, según apunta Javier Martínez Ojinaga, invitado para colaborar en el proceso de reflexión de este grupo de expertos.

El Consejo Cívico de la Villa de Bilbao se ha reunido esta semana para tratar sobre la calidad de vida de los bilbainos, los servicios que se ofrecen en la ciudad y a las personas, y el equilibrio entre barrios. Se trata del primer grupo de trabajo, de los tres que se van a constituir, que abordarán en jornadas participativas los tres puntos destacados en la encuesta que se presentó en el plenario celebrado en marzo. Es decir, uno de los grupos reflexionará sobre el papel del ciudadano y la calidad de vida, un segundo grupo tratará sobre el desarrollo económico de la ciudadanía y un tercer grupo estudiará la gobernanza, «las fórmulas para que la gente participe» en la vida municipal. Los grupos están compuestos por un máximo de 15 personas y han comenzado ya ha destripar el diagnóstico de la ciudad para proceder a su mejora. En mayo se reunirá un segundo grupo y el tercero lo hará en septiembre. Una vez pongan en común las ideas, el consejo realizará un diagnóstico.

La primera reunión ha puesto sobre la mesa las bases para impulsar lo que llaman «el cambio de las personas». Explica Ojinaga que «el ciudadano es el verdadero motor de la transformación que afrontamos en estos momentos». Esta reflexión implica que el Ayuntamiento tiene que ceder el testigo a la ciudadanía de una manera activa. Por ejemplo, generando iniciativas de comunicación que trasladen lo que se hace en los barrios al resto de la ciudad, a través de nuevas tecnologías. Iniciativas asociadas al empleo o al deporte, impulsadas por los propios barrios, se deben compartir en todos los distritos y para ello son fundamentales las nuevas tecnologías. El Consejo coincide también en que se deben poner en marcha iniciativas de formación en el trabajo que eviten la exclusión, por ejemplo, fomentando el aprendizaje de un oficio.

Otra de las coincidencias de los miembros del Consejo es la necesidad de integrar a los jóvenes para evitar que se cree una brecha generacional. «Hay que llegar a los jóvenes de una manera diferente para que continúen involucrados en la participación», explica Ojinaga. Esto se debe desarrollar siendo eficientes en el uso de lo que ya tenemos. Los expertos proponen optimizar y buscar el equilibrio cuidando los aspectos solidarios para que la gente no se desenganche. Un ejemplo puede ser abrir los patios de los institutos, pero hay muchas referencias por explorar.

Las reflexiones de este grupo de trabajo, bajo el epígrafe Equilibrio de los barrios y calidad de vida, se completarán con las próximas reuniones que tengan lugar en Bilbao.

Mapa demográfico Un Bilbao cuya radiografía apunta que a una ligera pérdida poblacional: 3.290 personas menos que hace dos años. En la capital viven actualmente algo más de la tercera parte de la población de Bizkaia. En este sentido, destacan los grupos de edad de entre 35 y 54 años, casi la tercera parte de la población.

Para conocer la calidad de vida de los bilbaino es preciso conocer el envejecimiento progresivo de la población. Según el diagnóstico presentado por el consejero delegado del Ayuntamiento, Andoni Aldekoa, se trata de uno de los cambios demográficos más notables de las últimas décadas. Esta es precisamente una de las cuestiones que los miembros del consejero debatieron, puesto que una población que envejece precisa de planteamientos diferentes de futuro. En este sentido, sobre la mesa quedó latente la necesidad de fomentar el apoyo a los jóvenes para evitar que tengan que huir a otras ciudades del Estado o países.

Otro aspecto a a destacar es la educación en valores. La cultura del botellón y de la vida fácil decae y los jóvenes van a encontrarse con un panorama muy duro, por lo que los expertos creen que es necesario una educación que profundice en los valores para que puedan enfrentarse a una nueva etapa.

En lo que respecta a la economía, el 85% de la riqueza deriva de la actividad del sector servicios. La tendencia a la terciarización de la actividad económica se ha consolidado durante la última década. La construcción genera el 8% de la riqueza y el sector industrial, el 7% restante.

Los miembros del Consejo Cívico son conscientes de que en esta coyuntura hay que hacer una apuesta estratégica de futuro y que la ciudad se tiene que volcar de lleno en el empleo del mañana. En el último año, la población ocupada en la villa ascendía a 145.500 de personas, retrocediendo el 6%, hasta los 9.400, a lo largo del año. Los servicios emplean al 84% de la población, mientras que la industria da trabajo al 11% y la construcción, al 5% restante. La cifra es alarmante: en el mes de febrero se registraban 29.580 personas paradas, con un importante crecimiento en los últimos años. De hecho, con respecto al año anterior, las personas paradas han aumentado en 2.420. La tasa de paro registrado se estima en el 17,5%. Y entre las mujeres la tasa de paro es superior a la de los hombres.

A finales de año se desarrollaban en la villa 36.825 actividades económicas, pero el último año el número de actividades disminuyó en 1.540. De ellas 28.335 eran actividades empresariales, 8.230 profesionales y 260 artísticas. El 87% pertenecían al sector de servicios, en tanto que el 8% pertenecen a la construcción y el 5% a la industria. Además, en el último año desciende el número de actividades empresariales en los tres grandes sectores, con un mayor retroceso en los servicios.

comercio y hostelería La relevancia de los distintos sectores de actividad empresarial es muy desigual. Las cuatro actividades con mayor entidad representan más de la mitad (53%) de actividades. Se trata del comercio minorista (25% del total de actividades), hostelería (11%), servicios técnicos a las empresas (10%) y comercio mayorista (7%). Lo que se ha mantenido prácticamente inalterado en el último año es el número de empresas con personal asalariado. Según los datos del consejero del Ayuntamiento, Andoni Aldekoa, casi nueve de cada diez personas empleadas en la ciudad trabajan en el sector servicios.

Entre estas destacan la educación (9% de la ocupación total), el comercio minorista (9%), la sanidad (7%), la administración pública (6%), los servicios a edificios (como mantenimiento y limpieza) y de jardinería (5%), y la hostelería (5%). Asimismo, la construcción y las actividades relacionadas ocupan al 6% del empleo; la industria, por su parte, emplea al mismo porcentaje. En cuanto al empleo autónomo en la villa asciende a 22.616 personas, el 13,2% del empleo total. Estas personas se concentran en las actividades de comercio (26% del empleo autónomo), construcción (12%), hostelería (11%) y transporte (7%). A lo largo del último, año el número de personas bajo el régimen de autónomos en la villa disminuyó en 431, un 1,9% en términos porcentuales.