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EL CORREO     2012/06/05

TIMO en la margen derecha

El administrador acusado de estafa llevaba «un alto nivel de vida»

Conocidos y afectados le describen como un amante de los viajes, que tenía dos hipotecas y extraía el dinero de las libretas en pequeñas cantidades

 

El administrador de fincas getxotarra denunciado por estafa a varias comunidades de vecinos, en paradero desconocido desde el viernes y denunciado por estafa «llevaba un alto tren de vida». Según un allegado, I. A. B. realizaba viajes, algunos al extranjero, acompañado por su familia, y tenía que hacer frente a dos hipotecas, una correspondiente a un piso y otra a un caserío.
Los agujeros que ha dejado en algunas comunidades pueden ascender a 500.000 euros, cifra aún por confirmar toda vez que los afectados se encuentran con obstáculos al no disponer de documentación. La Ertzaintza mantiene un hermetismo absoluto en un caso que está bajo investigación. «Mantenía un alto nivel de vida, aunque fuese sana, la de un hombre familiar», cuenta un allegado que guarda el anonimato.
Por otro lado, los movimientos que realizó de las cuentas de las comunidades que gestionaba determinan que, generalmente, extraía pequeñas cantidades de dinero, pero los vecinos se preguntan cómo pudo hacerlo sin contar con su permiso ni con sus firmas. En el caso de la urbanización algorteña de Illeta ingresó en una libreta aparte el dinero de los 50 vecinos, quienes pagaban cuotas mensuales de 180 euros y, en algunos casos, hasta de 200.
Las aportaciones entraban directamente a una cuenta sobre la que él únicamente tenía poder. El cálculo del agujero es de unos 50.000 euros aquí y ronda los 300.000 en otra administración del Abanico de Plentzia, además de otros 100.000 en otra de Barrika.
Los recibos que cobraba este administrador de fincas eran «pequeños». Tan sólo una vez extrajo 22.000 euros en la comunidad de Getxo, ya que el resto son cantidades mucho menores, generalmente de entre 1.000 y 3.000 euros. Todo eso son síntomas de que «vivía al día», aunque según denuncian los afectados, actuara de espaldas a la comunidad. Y como las cuentas no están claras, a los vecinos les cuesta un potosí arrojar más luz sobre los números. No en vano, la documentación que legaron en su día a su administrador la examina actualmente la Ertzaintza.
Aún están pendientes de confirmar si las facturas que giró este sujeto corresponden a obras realizadas de verdad o si son falsas. En realidad, las sospechas de los afectados van por ahí, porque -según indicó una vecina de Algorta- «una buena parte de las facturas tramitadas recae en muy pocas empresas». Con todo, los balances tardarán aún días en cerrarse y algunos afectados ya temen que «habrá más».
«Encantador al trato»
El caso es que el economista dejó plantados a los vecinos de la calle Illeta que pretendían hacer una obra para arreglar el tejado y los balcones. Por eso hacían frente a una derrama desde hace un año, que es cuando este administrador se puso a su servicio. Pero ni tienen el dinero, ni el tajo ha comenzado siquiera. Es más, el Ayuntamiento de Getxo denegó el proyecto de reforma el 7 de junio y I. A. B. se dio por enterado un día después, que es cuando estampó su firma al denegarle la licencia.
Pero la estafa de que le acusan en Algorta lleva camino de ser más grave aún en el Abanico de Plentzia. Aparte de otras cuentas de comunidades que se investigan en diferentes localidades de la comarca de Uribe Kosta, tampoco a los vecinos de las parcelas 304 y 305 de esta urbanización les cuadran los números. Han perdido «300.000 euros», afirman, a manos de «un administrador de fincas sin escrúpulos», en quien depositaron toda su confianza.
Y a medida que pasan las jornadas van muriendo sus esperanzas de recuperar el montante, según temen. «No estábamos contentos con el gestor de fincas que se encargaba de nuestros temas. Y apareció este, que parecía que iba a solucionar todo», argumenta una vecina. Su personalidad «extrovertida» y su «elegante» aspecto fueron un plus para confiar en sus servicios, explica una pareja de jóvenes que viven en un chalet de la parcela 305.
De hecho, los vecinos destacan que «la labia» era su principal fuerte. «Desde que entró a trabajar con nosotros en 2008 nunca presentó un balance anual. Cuando le hemos pedido explicaciones, siempre nos ha dado largas», asegura otra residente en Isuskiza. Y a pesar de ello, la mayoría nunca sospechó nada, corrobora Ana Belén. «Tenía presencia y era encantador al trato», explica.
Parecida situación se respira entre los vecinos de Getxo. Conscientes de que todo apunta a que el agujero económico tiene una dimensión mayor de la inicial, los afectados aseguran encontrarse «desmoralizados». «Va a ser muy difícil recuperar el dinero porque para ello tenemos que reclamárselo a alguien que, en este caso, ha desaparecido», explica Óscar. «Nos ha hecho mucho daño pero volveremos a levantarnos», afirma Idoia, otra vecina getxotarra.
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